HUELLAS DEL ARTE ARGENTINO - LOS ARTISTAS VIAJEROS - DOCUMENTAL

  • hace 8 años
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Con el nombre de pintura de Argentina se refiere a toda la producción pictórica realizada en territorio de la Argentina durante todos los siglos.

En Argentina, se encuentra la Cueva de las Manos, una de las obras maestras de la pintura en el Paleolítico en el Río Pinturas, en la Provincia de Santa Cruz. Han sido declaradas por la Unesco como parte del Patrimonio de la Humanidad.

Otro importante registro pictórico de la prehistoria, se localiza en el norte de Córdoba y constituye uno de los testimonios pictográficos con mayor densidad de imágenes del mundo, con más de 35.000 pictografías ubicadas en los cerros Colorado, Veladero, Intihuasi y el Desmonte.

Durante la dominación colonial española, la pintura se desarrolló principalmente como arte religioso en las iglesias, destinado a cristianizar a los pueblos indígenas. La pintura religiosa colonial, fue muchas veces realizada por indígenas encomendados o reducidos y esclavos afroamericanos, bajo el poder de las órdenes religiosas.

Otra fuente de la pintura colonial son los libros y manuscritos realizados por colonizadores, sacerdotes, científicos y visitantes. Entre estos se destacan los dibujos y acuarelas del jesuita alemán Florián Paucke (1719-1789).

En el actual noroeste argentino y sobre todo en Jujuy, se desarrolló en las iglesias, la escuela cuzqueña, con sus imágenes de ángeles arcabuceros (relacionados con los conquistadores) y vírgenes triangulares (sincretismo del culto a la virgen María y la Pachamama).1

Los ángeles arcabuceros integran un estilo pictórico estrictamente americano que se desarrolló en el Marquesado de Yavi en la puna de Jujuy, por entonces perteneciente a la provincia del Tucumán, siendo su maestro Mateo Pisarro. Se trata de ángeles asexuados se encuentran vestidos con ropas de soldado y armado de un arcabuz. Hoy solo hay dos colecciones: en Uquía (escuela cuzqueña) y en Casabindo (maestro de CTC).

En los primeros años del siglo XIX, ya en tiempos de la independencia y de la apertura del país, varios artistas extranjeros visitaron y residieron, y dejaron sus obras. Entre ellos el marino inglés Emeric Essex Vidal (1791-1861), un acuarelista que ha dejado importantes testimonios gráficos del pasado argentino; Carlos E. Pellegrini (1800-1875), ingeniero francés que se dedicó a la pintura por necesidad y que sería padre del presidente Carlos Pellegrini; el marino Adolfo D'Hastrel (1805-1875), que publicó sus dibujos y acuarelas en el libro Colección de vistas y costumbres del Río de la Plata (1875); el litógrafo César Hipólito Bacle (1790-1838); entre otros.

En la tercera década aparece Carlos Morel (1813-1894) quien ha sido considerado el primer pintor estrictamente argentino. Poco después le siguen Prilidiano Pueyrredón (1823-1870) y Cándido López (1840-1902), registraron en la pintura la vida de los gauchos y las guerras de la Argentina pre moderna.

Desde mediados del siglo XIX se comenzaron a organizar las primeras instituciones artísticas del país: fundamentalmente la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y el Museo Nacional de Bellas Artes, cuyo primer director fue el pintor Eduardo Schiaffino. La gran ola de inmigración europea (1870-1930), estableció una fuerte relación con la pintura europea, a través principalmente de pintores italianos o hijos de italianos. Eduardo Sívori (1847-1918), introdujo el naturalismo, con obras clásicas como El despertar de la criada, seguido por pintores como Reynaldo Giudici (1853-1927) y Ernesto de la Cárcova (1866-1927), éste último destacado con Sin pan y sin trabajo. Ángel della Valle (1852-1903), desarrolló una corriente de pintura costumbrista del campo, con obras como La vuelta del malón.

FUENTES : Wikipedia

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