Cámara al Hombro - Ríos en República Dominicana
- hace 7 años
Ríos en República Dominicana: los ríos Ozama e Isabela, los más importantes que circulan a través de su capital, Santo Domingo, registran niveles de contaminación extremadamente elevados y alarmantes.
Esta situación ha sido incluso reconocida por las propias autoridades medioambientales del país.
Como exageradamente "altos" califican las autoridades y los expertos en materia de medio ambiente los niveles de contaminación presentes en los ríos Ozama e Isabela, los afluentes más importantes que circulan a través de Santo Domingo.
Durante décadas, los ríos Ozama e Isabela han recibido una constante agresión de todo tipo de contaminantes, provenientes tanto de actividades industriales como domésticas.
El alto grado de polución presente en ambos afluentes es producto de una combinación de pobreza, inconsciencia ciudadana e irresponsabilidad estatal.
El daño que por tanto tiempo se le ha infligido a estos acuíferos ha generado consecuencias. Enfermedades de la piel y otros males son comunes entre las personas que residen en sus márgenes.
La contaminación también se llevó los peces. Aunque algunos pescadores insisten en lanzar sus cañas ya es poco lo que devuelven estas contaminadas aguas.
El tiempo dirá si las iniciativas adoptadas por las autoridades en un intento por devolver el esplendor a los dos principales afluentes que dividen el conglomerado urbano más importante del país, brindarán los frutos esperados o si por el contrario estos importantes afluentes continuarán siendo fuente de contaminación y propagación de enfermedades.
Esta situación ha sido incluso reconocida por las propias autoridades medioambientales del país.
Como exageradamente "altos" califican las autoridades y los expertos en materia de medio ambiente los niveles de contaminación presentes en los ríos Ozama e Isabela, los afluentes más importantes que circulan a través de Santo Domingo.
Durante décadas, los ríos Ozama e Isabela han recibido una constante agresión de todo tipo de contaminantes, provenientes tanto de actividades industriales como domésticas.
El alto grado de polución presente en ambos afluentes es producto de una combinación de pobreza, inconsciencia ciudadana e irresponsabilidad estatal.
El daño que por tanto tiempo se le ha infligido a estos acuíferos ha generado consecuencias. Enfermedades de la piel y otros males son comunes entre las personas que residen en sus márgenes.
La contaminación también se llevó los peces. Aunque algunos pescadores insisten en lanzar sus cañas ya es poco lo que devuelven estas contaminadas aguas.
El tiempo dirá si las iniciativas adoptadas por las autoridades en un intento por devolver el esplendor a los dos principales afluentes que dividen el conglomerado urbano más importante del país, brindarán los frutos esperados o si por el contrario estos importantes afluentes continuarán siendo fuente de contaminación y propagación de enfermedades.